Título: El Extranjero
Autor: Albert Camus
Editorial: Centro Gráfico
Número de páginas: 79 páginas.
Fecha de inicio de lectura: 16 de
septiembre, 2013
Fecha de término de lectura: 19 de
septiembre, 2013
Valoración: Bueno.
Resumen:
Meursault – el protagonista de esta historia- es un hombre desencantado frente a la vida, es indiferente e insensible frente a todo lo que le ocurre a su alrededor, incluso lo que le ocurre a él. Un día le llega un telegrama del asilo anunciándole la muerte de su madre, por lo que viaja a Marengo. Una vez allí habla con el director, quien lo conduce a donde estaba su madre y lo deja junto al guardia. En vez de llorar a su madre o estar triste por la desgracia que le allegaba, se quedó conversando con el guardia sobre la vida.
Meursault – el protagonista de esta historia- es un hombre desencantado frente a la vida, es indiferente e insensible frente a todo lo que le ocurre a su alrededor, incluso lo que le ocurre a él. Un día le llega un telegrama del asilo anunciándole la muerte de su madre, por lo que viaja a Marengo. Una vez allí habla con el director, quien lo conduce a donde estaba su madre y lo deja junto al guardia. En vez de llorar a su madre o estar triste por la desgracia que le allegaba, se quedó conversando con el guardia sobre la vida.
Luego
del velatorio y el entierro, – en el
cual no expreso ni el más mínimo sentimiento de dolor y más aún le pareció
aburrido y tortuoso los llantos de los que estaban ahí- se encuentra con María
Cardona – antigua dactilógrafa de su oficina- con la cual fue al cine y paso la
noche. Más tarde, ella le propondrá casarse y este aceptará, pero no porque la
quiera, sino para darle en el gusto, pues para él es algo sin importancia.
Ahora,
era hora de volver al trabajo, su madre había muerto y nada había cambiado para
él, todo había sido solo un trámite. Al regresar a su casa se encuentra con Salamano
y con Raymond –ambos vecinos-. Este último lo invita a comer y acepta, este
comienza a contarle sus dramas amorosos y le pide un favor a Meursault, quien
acepta por aceptar.
Raymond
invita a Meursault y a su futura esposa a pasar un día en la playa en casa de
un amigo llamado Masson. Al salir, había un grupo de árabes mirándolos, entre
ellos, el hermano de su ex mujer, a la que había golpeado. Sin embargo, no le
dieron importancia, pero después de que almorzaron y los hombres decidieron ir
a caminar, Raymond sale herido tras una paliza que dieron dos árabes por
venganza. Lo llevan al médico. Raymond y Meursault vuelven a salir, y se encontraron
nuevamente con los árabes, por lo que Raymond saca una pistola pero Meursault
se la pide y retornan. Pero Meursault quiere seguir paseando, y sale a caminar
solo, ahí se encuentra con el árabe que golpeo
a Raymond, este le mostró una cuchilla y Meursault saca el arma y le da
cuatro disparos.
De
ahí comienza una nueva vida para Meursault en la cárcel, a la cual se adapta rápidamente.
Luego del asesinato es llevado ante un juez, donde no muestra ningún signo de
arrepentimiento e incluso muestra indiferencia ante lo acontecido. Su abogado
trata de convencerlo de que digiera que ese día había reprimido sus
sentimientos a raíz de la muerte de su madre, pero Meursault se niega, pues esa
no era la verdad, y para él no había necesidad de mentir.
Sin
embargo cuando ve a María, por única vez
– pues se lo prohibieron por no ser su mujer- comienza a darse cuenta de la
prohibiciones que tiene y a sentirse prisionero, no obstante, lo comprende,
pues es parte del castigo. Y a pesar de todo no se siente desgraciado.
Llegó
el día del juicio, y en la sala había mucha gente, lo que llama la atención de
Meursault. Se escuchan los testimonios de los testigos: María, Celeste, Raymond,
Masson, Salamano, el director y el conserje del asilo. Durante todo el juicio se destacó más la
insensibilidad de Meursault frente a la muerte de su madre, que el crimen
mismo. Luego de un largo juicio, de no arrepentirse, de mostrarse indiferente a
la situación, de no entender mucho lo que sucedía, fue condenado culpable, por
lo que sería decapitado en la plaza pública.
Esto
no le interesa, pues de algún u otro modo la muerte le iba a llegar igual, el
padre tarta de hacerlo recapacitar, que se encuentre con Dios, pero este no lo escucha,
pues no quiere perder sus últimas horas escuchando y hablando de algo que no le
interesaba. Su indiferencia siguió hasta el día de su muerte, cuando estaba a
punto de morir, sintió un poco de tristeza
ya que no había nadie que lo quisiera.
Reflexión:
Es muy interesante el tema del existencialismo que se ve reflejado en el personaje principal. Pues él no se pregunta por qué o para que hay que vivir, solo vive, sin preocupaciones, sin sentimientos, con una indiferencia excepcional frente a todo lo que ocurre a su alrededor, pero principalmente a sí mismo. Pero ¿no es esto, una forma de evadir su propio ser? Pues él es un verdadero “extranjero de su propio ser”, así es capaz de evadir la realidad y su fatal destino: la muerte.
Es muy interesante el tema del existencialismo que se ve reflejado en el personaje principal. Pues él no se pregunta por qué o para que hay que vivir, solo vive, sin preocupaciones, sin sentimientos, con una indiferencia excepcional frente a todo lo que ocurre a su alrededor, pero principalmente a sí mismo. Pero ¿no es esto, una forma de evadir su propio ser? Pues él es un verdadero “extranjero de su propio ser”, así es capaz de evadir la realidad y su fatal destino: la muerte.
Además,
me llamó la atención el machismo presente en la obra, cuando Raymond le pega desenfrenadamente
a su mujer y lo justifica diciendo que ella lo había engañado, y para mayor
sorpresa, cuando le cuenta a Meursault este lo apoya. Un machismo característico
de la época junto con el pesimismo frente a la vida.
Por
último, fue inevitable no relacionar la obra, con mis clases de filosofía sobre
el nihilismo. Como por ejemplo, cuando el padre va a hablar con él pocas horas
antes de ser ejecutado, y él le dice que no cree en Dios y que no le interesa
tampoco estar perdiendo sus últimas horas hablando de algo que para él no tiene
sentido alguno. He aquí un fiel reflejo del nihilismo, y esta negación al
sentido de la vida.
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